
Memorias de una Geisha
Actualizado en junio 21, 2019
Hoy, queridos y estimados diseñadores, trameos una película que nos encanta. Así que antes de comenzar, ya saben lo que tienen que traer: una buena manta, unos buenos cojines en qué recargarse, unas deliciosas palomitas o pizza (esta vez les damos a elegir) y un delicioso frappé chai.
Chiyo, mejor conocida en el futuro como Sayuri, es una pequeña que junto a su hermana, es llevada desde su lugar de nacimiento hasta Gion, el distrito de las Geishas en Kioto, Japón. Una vez ahí, el señor que las ha llevado las vende a una casa de geishas, su hermana es rechazada al ser muy grande para aprender y la redirigen a un burdel, mientras tanto, Chiyo es aceptada pero termina como criada al intentar escapar. Eventualmente, gracias a su entusiasmo por aprender y sus ojos grisáceos, Mameha, la geisha más relevante de Kioto, la adopta como Maiko, para enseñarle todos los secretos del arte japonés y convertirla como tal. Secretamente, Sayuri busca al ‘Señor Presidente‘ (Ken Watanabe), un hombre que conoció de pequeña, le regaló un helado y unas palabras de aliento, del cual se ha enamorado y busca que sea su danna: una especie de amante (decimos ‘especie’ porque en realidad no podía estar comprometida con nadie). Sin embargo, la inminencia de la Segunda Guerra Mundial acaba con el sueño dorado de Gion y ella y otras geishas se ven obligadas a dejar los lujos de lado y entrar al trabajo duro. ¿Podrá volver a su época dorada y encontrarse con el amor de su vida?

Memorias de una Geisha es una película dirigida por Rob Marshall y producida por Steven Spielberg. Es una película que te teletransporta a otro mundo y que si bien no es información cien por ciento precisa, te enseña un poco de la cultura japonesa y la mal concepción que se tiene de las geishas.

El diseño de vestuario de una geisha
Como un film que inspira, el vestuario no podía quedarse atrás. Con tan solo los kimonos y toda la transformación de Chiyo a Sayuri tenemos de sobra para echar volar la imaginación. Pero Collen Atwood, la diseñadora de vestuario, va un paso más allá.
El patrón que Atwood siguió fue claro: Sayuri contaba los momentos más dramáticos de su vida desde su perspectiva, como mujer jóven e intimida por varios personajes. Es esa la razón por la que se exageró un poco en los vestuarios: había que trasmitir los sentimientos y percepciones de la protagonista.


Hatsumomo, por ejemplo, la geisha de la casa a la que llega y que busca destruirla y entorpecer su camino de Maiko, vestía kimonos más ‘agresivos‘, que detonaran su personalidad e hiciera referencia a por qué a Sayuri le intimidaba. Collin vistió a Gong Li (Hatsumoto) incluso con mangas más largas que la norma para dar esa desproporcionada ilusión.

“El Kimono es una prenda bastante simple que tiene poco más de siete metros de tela. Sin embargo, lo que lo convierte en un objeto de valor es toda la técnica que conlleva. Un gran kimono tiene dibujos hechos a mano y se somete a una técnica específica de teñido llamada shibori. También tiene bordados a mano y se viste acompañado de un obi diseñado y tejido de forma artesanal. La confección de un solo kimono en Jaón lleva cerca de un año” comenta la diseñadora. Sin embargo, ella y su equipo de trabajo – de aproximadamente 30 personas- tuvieron que crear varios en menos de cinco meses para poder comenzar a filmar.

Este equipo se remontó a los archivos de moda históricos de Tokio para poder tener información precisa al respecto. Fue así que se decidió que se confeccionaría incluso ropa interior de geisha y calcetines tabi (aquellos que se cierran de costado y separan el dedo gordo del pie de los demás).
Un espectáculo visual y una gran historia es todo lo que necesitas el día de hoy para inspirarte.
CURIOSIDADES
- Para el elenco secundario, se rentaron kimonos de la Colección Yuya de Kioto, quienes son especialistas en las eras de Tasiho (de 1912 a 1926) y Showa (de 1926 1990). Así mismo se utilizaron piezas de Inglaterra y diversas partes del mundo, inlcuidas de un coleccionista ruso.
- El vestido azul plomo del final de la película, fue creado por el equipo de trabajo de Atwood. Confeccionado, pintado y bordado a mano.
- Deborah Ambrino, diseñadora de accesorios, creó las sandalias altas (+20 cm) lacadas en negro que Sayuri utiliza para uno de sus bailes.
- Entre varios Premios Oscar, la película se llevó el galardón por mejor vestuario.